BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS AL ARCHIVO(1994-2014) de la Red de Solidaridad de la Maquila. Para información actual sobre nuestro trabajo sobre salario digno, derechos laborales de las mujeres, libertad de asociación, responsabilidad social empresaria y salud y seguridad en Bangladesh visiten nuestro sitio web, lanzado en octubre de 2015 www.maquilasolidarity.org/es
19-04-2007
Maquiladora viene de la palabra maquila, que estaba asociada en tiempos de la colonia con el proceso de la molienda. En México se convirtió en otro tipo de proceso: el ensamblaje de componentes importados para su exportación. Las maquiladoras en México comenzaron como un fenómeno de frontera hace 30 años. Con el apoyo del gobierno mexicano, empresas estadounidenses establecieron plantas de ensamblaje en el lado mexicano de la frontera. Se les permitía importar componentes y materias primas sin aranceles y exportar los productos terminados a los EE UU.
Actualmente se encuentran maquiladoras en muchas partes de México y América Central. El atractivo del sistema de maquiladoras es los bajos salarios, la falta de regulaciones laborales o ambientales, bajos impuestos y pocos o ningún arancel. Los productos producidos incluyen confecciones, artículos electrónicos, partes de automotores, etc. (En otras partes de América Latina se conoce este sistema como "factorías).
Esta palabra en inglés se utiliza para definir fábricas o talleres donde se explota al trabajador de distintas maneras. Las condiciones de explotación incluyen horas de trabajo excesivas, horas extra forzadas, salarios de pobreza, trabajo infantil, discriminación, abuso físico y verbal. Cuando los trabajadores tratan de organizar un sindicato, generalmente son echados.
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En la mayoría de los países, el salario mínimo no es suficiente para satisfacer las necesidades básicas de un trabajador. Promovemos un salario digno, o salario para vivir. Un salario digno permite a los trabajadores satisfacer sus necesidades de alimento nutritivo y agua potable, vivienda, ropa, educación, atención a la salud y transporte, así como algo de ingreso discrecional. Debe ser suficiente para cubrir las necesidades básicas del trabajador y su familia, debe permitirles participar plenamente en la sociedad y vivir con dignidad. El salario digno no es el mismo en todos los países. Promovemos un salario digno según los estándares del país donde se realiza la producción. Se puede leer más sobre salarios aquí .
Los salarios de los trabajadores son apenas una pequeña porción del precio final de venta de las prendas de vestir. Asegurar que los trabajadores que cosen los productos que tú usas reciban un salario justo no debería afectar mayormente el precio que pagas como consumidor. La ropa puede tener un precio al alcance de todos y a la vez ser hecha en condiciones humanas. Los detallistas deberían vender prendas de vestir al precio responsablemente más bajo posible, no a un precio que sólo puede ser logrado mediante la explotación.
En Canadá muchos trabajadores a domicilio de confecciones y en talleres contratistas costureros no tienen otras opciones de trabajo. Algunos trabajaron anteriormente en fábricas sindicalizadas que cerraron como resultado de la reestructuración de la industria. Otros comenzaron a tomar trabajo en su domicilio porque tenían hijos y no podían encontrar cuidado de niños que pudieran pagar. Para la vasta mayoría, el inglés es su segundo idioma, lo que hace aún más difícil encontrar otro trabajo.
Es extremadamente difícil para trabajadores a domicilio aislados o mujeres que trabajan en talleres contratistas que emplean cinco, diez o quince trabajadores organizarse en un sindicato. Los talleres de costura subcontratistas son con frecuencia operaciones que pueden desaparecer de la noche a la mañana, cambiando frecuentemente de nombre y de dueño. Algunos operan por unos meses, después cierran y abren en otro lado. Cuando los trabajadores a domicilio o los empleados de los talleres contratistas se quejan por las condiciones o presentan reclamos formales al Ministerio de Trabajo, se enfrentan a la posibilidad real de que su trabajo será suspendido o que su taller contratista cierre y el trabajo sea trasladado a otra parte.
Hace veinticinco años en las grandes ciudades canadienses, alrededor del 50 por ciento de los trabajadores de confecciones pertenecían a sindicatos. Con el cambio que hubo de fábricas a pequeños establecimientos contratistas y el trabajo a domicilio, actualmente sólo el 30 por ciento de los trabajadores de confecciones están sindicalizados. Y ninguno de los trabajadores a domicilio en Canadá tienen la protección de un contrato sindical.
Los trabajadores que producen nuestras prendas de vestir en condiciones de explotación en otros países - en zonas de procesamiento de exportaciones o zonas francas en Asia, América Latina o El Caribe - tienen obstáculos más severos aún para organizarse para mejorar sus salarios y condiciones de trabajo. En algunos países es ilegal organizar un sindicato en una zona franca. En la mayoría de los países donde organizar un sindicato en las zonas francas está permitido legalmente, los trabajadores que intentan organizarse son amenazados, intimidados y despedidos, y en algunos casos golpeados por guardias de seguridad de las fábricas o la policía.
Sí, los trabajadores necesitan empleos, pero empleos con dignidad. Los empleos que tienen son mejores que otras alternativas, por eso es que mucha gente depende de ellos, pero el hecho de que la gente está desesperada no es una excusa para explotarla. Si lo mejor que la industria puede ofrecer es una pequeña mejora sobre la pobreza absoluta, entonces está fallando en sus deberes para con sus empleados. Los trabajadores no están obteniendo su parte justa de los beneficios que crean para las grandes empresas.
Bienvenido pues el hecho de que millones de personas están ganando un salario. Sin embargo, esto solo no es suficiente para sacarlas de la pobreza si los empleadores pueden tomar y echar a su antojo, negar derechos sindicales, pagar bajos salarios que llevan a los trabajadores a trabajar horas inhumanas sólo para subsistir, evitar pagar licencias por enfermedad y derechos de maternidad. Para muchos trabajadores estos trabajos traen consigo costos escondidos pero devastadores, tales como mala salud, agotamiento y crisis familiares, todo lo cual es inaceptable y evitable. Todos quieren un trabajo de calidad que pague lo suficiente para poder vivir con dignidad.
Los trabajadores de la confección en todo el mundo se están organizando para tener salarios y condiciones de trabajo decentes. Tú puedes leer más sobre cómo la organización de los trabajadores y la solidaridad internacional ayuda a mejorar las vidas de los trabajadores. Lee aquí.
Sí. Los gobiernos deberían regular buenas condiciones de trabajo y hacer cumplir estas regulaciones. En realidad, muchos países productores de confecciones tienen una buena legislación al respecto. El problema es que no se hace cumplir. Una razón importante es que muchos países donde se producen confecciones e indumentaria deportiva tratan de crear un ambiente atractivo para la inversión extranjera. Los incentivos para los inversionistas extranjeros comprenden no sólo bajos salarios e impuestos, sino también la suspensión de ciertas regulaciones laborales y ambientales. Si un gobierno intenta hacer cumplir estrictamente estas regulaciones, muchos inversionistas hacen rápidamente sus maletas y se van a otro país que es aún menos estricto y se acomoda mejor. Como resultado, todos estos países compiten entre sí en una "carrera hacia abajo." Las malas condiciones de trabajo son un problema internacional que no será resuelto sólo en el nivel nacional.
Pero es también erróneo asumir que los gobiernos no tienen absolutamente control sobre las inversiones extranjeras. Y no todas las empresas empacan y se van a las primeras señales de regulación gubernamental. De manera que vale la pena alentar a los gobiernos a presionar a las empresas a asumir la responsabilidad por sus políticas laborales y asegurar el cumplimiento.
Lee más sobre qué pueden hacer los gobiernos. Lee aquí.
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